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Lía y Mía Cueva, primeras gemelas en clavados sueñan con olímpicos

 


Aguascalientes, Mx.

Lunes 15 de marzo 2022


Con apenas 11 años, Lía y Mía Cueva Lobato, son dos gemelas
que sueñan con ser parte de la historia del deporte de los clavados y
convertirse en las primeras gemelas en representar a México en unos Juegos
Olímpicos, particularmente en una prueba sincronizada; ambas comparten el gusto
por la adrenalina al zambullirse todos los días en la piscina del CODE Jalisco,
bajo la atenta mirada del entrenador, Iván Bautista.  

 

Lía, es una joven deportista divertida, algo que la
caracteriza y es notorio cada vez que habla sobre los clavados, una disciplina
que ha posicionado a México en la elite mundial, al nivel de China, una de las
potencias en esta disciplina. “Me gusta la adrenalina que siento. La felicidad
que siento por sacar ejecuciones nuevas”, comparte a la Comisión Nacional de
Cultura Física y Deporte (CONADE).  

 

Recordó que el gusto por los saltos se dio luego de ver a su
hermana mayor, Suri, tirarse desde la plataforma del CODE Jalisco. “No podíamos
quedarnos solas en casa y mi mamá nos hacía que la acompañáramos para verla
entrenar”. Así nació el gusto por los clavados, decidieron llegar con Iván
Bautista al CODE Jalisco.   

 


“Al verla cómo se tiraba me gustó y ver desde dónde y cómo
lo hacía”, asegura Lía, quien ha recibido consejos de la medallista olímpica de
Londres 2012 y Tokio 2020, Alejandra Orozco, quien, además, le recomendó
serenidad al momento de ejecutar sus saltos. “Me dijo que no me desespere si no
me sale bien, que tengo que esperarme poquito y pensar en positivo para hacerlo
mejor”, aseveró la especialista en trampolín de uno, tres metros y cinco metros.  

 

Describe sus saltos como quien recita un poema: “En tres
metros son: simple adentro en B, holandés en B, pirueta, dos y media adentro en
bola y creo que Iván, me va a meter dos y media giros atrás; y de cinco
metros”.  

 

De ser una pareja de hermanas, Lía, dice que cuando están en
competencia o simplemente entrenando se corrigen sus saltos, “a veces nos
corregimos para saber cómo estamos en la salida y todo”.  

 

Sin embargo, haber iniciado en los clavados y a lado de su
hermana tiene su objetivo: “Sería un honor y una felicidad poder ser parte de
una selección olímpica”, afirma.  

 


Lía y Mía, han vivido una competencia juntas y fue en el
Panamericano Infantil en Arizona en donde ganaron. “Nos decían que si éramos
gemelas. Se sintió chido porque estábamos con otros compañeros de otros
países”.  

 

Para estas pequeñas clavadistas apenas el camino inicia. “Me
veo en unos Juegos Olímpicos. Escuchar el Himno Nacional me da mucha felicidad
porque estoy representando a México.  

 

“Los clavados son felicidad, alegría, adrenalina. Admiro a
todos los clavadistas. No me acuerdo de la china que tiró en Tokio”, pero se
refiere a Quan Hongchan, quien a sus 14 años fue la sensación en la cita
japonesa.  

 

Este dúo apenas inicia su historia en un deporte que se ha
caracterizado por logros internacionales y más porque serían las primeras
hermanas en competir y, de acuerdo con el entrenador Iván Bautista, están
proyectadas para la cita veraniega de Los Ángeles 2028.  

 

Si bien los saltos ornamentales han contado con familiares
como el caso de los hermanos Mariscal; Diego, Antonio y Federico, quienes
estuvieron en Los Ángeles 1932 o de Alberto y Joaquín Capilla, este último con
cuatro medallas olímpicas, la historia de la disciplina no tiene registrado un
par mexicano.  

 

Por tal motivo las hermanas Cueva Lobato, han decidió
emprender esta historia desde su natal Jalisco y de la mano del entrenador Iván
Bautista. Sueñan en ser las primeras olímpicas en la especialidad y en pruebas
sincronizadas que fueron instauradas por la FINA en la Copa del Mundo de 1995 y
su ingreso al programa olímpico en Sydney 2000.  

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