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por
Ags Sports
halterofilia del país al conseguir la medalla de plata en los II Juegos
Olímpicos de la Juventud Nanjing 2014, en una jornada en donde tuvo que emplear
una estrategia para vencer a dos de las grandes favoritas y estar en el medallero
en la división de los 63 kilogramos.
Durán Ayón, originaria de Baja California, dio a México la segunda presea de
plata, luego de la conseguida por Rubén Nava en el taekwondo cuando se está a
la mitad de esta justa veraniega juvenil.
La atleta tuvo registros limpios desde que se plantó en la tarima con el primer
intento en el arranque con 85 hasta los 88 y finalizar con 90, lo que le dio
confianza para seguir con el panorama en el envión para que salieran limpia en
sus tres intentos.
Pasó la barra con 115 en el primer intento, luego 118 y finalizó con 120, todos
de manera limpia y concreta para sumar los 210 que le dieron el metal de
segundo sitio.
Mientras que el oro fue para la egipcia Sara Ahmed con 103 en arranque y 125 en
envión para un total de 228; la presea de bronce se lo quedó la ucraniana
Sofiya Zenchenko con 88 en arranque y 120 en envión, mismo peso que la
mexicana, para una suma total de 208 kilos.
Basada en la visión del entrenador de origen cubano José Manuel Zayas y con la
determinación de Ana Lilia, es como se salió a la tarima olímpica para quedarse
con el metal plateado en donde se plantaron dos de las marcadas como favoritas
como la egipcia Ahmed y la ucraniana Zenchenko, quienes no perdieron detalle de
lo que hizo la mexicana.
Para la monarca mundial en el Eslovaquia 2012 este logro significa estar entre
las mejores del orbe, además de las dos presas de bronce conseguidas en el
pasado mundial de la Sub 17 en Uzbekistán.
muchas horas de entrenamiento y de estar fuera de casa sin estar como ni
familia y amigos”, dijo la originaria de Baja California, quien en la división
de los 63 kilos confirmó que es una de las mejores del mundo en su categoría.
“La verdad es que estoy muy satisfecha, porque una plata es producto de todo lo
que he pasado. He luchado por esta en el pódium, estoy muy contenta”, externó
Durán Arroyo, quien desde hace un par de años ha destacado en los eventos
internacionales como una de las mejores de América Latina.
Relató que en la primera parte de su competencia estuvo nerviosa, porque sabía
de la calidad de las rivales, sobre todo, de la egipcia Sara Ahmed, quien al
final se quedó con el título olímpico con levantamientos de 103 en arranque y
125 en envión para un total de 228.
“Le hice caso a mi entrenador, porque desde que estaba en la sala de espera me
dijo que si quería estar con una medalla, debía dominar el nervio, y así lo
hice y al final se vieron los resultados positivos”, agregó.
Dijo que estaba nerviosa en el arranque, “en envión soy fuerte, pero debía
estar tranquila para poder estar entre las medallas. La de Mongolia
–Ankhtsetseg Munkhajastsan- me sacó cuatro kilos, pero cuando falló, ya tenía
el bronce y de no fallar estaría con la plata, cosa que no sucedió”, explicó la
deportista.
Añadió que ahora tiene ganas por estar con su familia con quienes espera celebrar
el subtítulo olímpico, ya que “llevó cinco meses fuera de casa, ya quiero estar
con mi familia, amigos, antes de llegar a esta competencia estuvimos
concentrados en Wuxi”.
Ana Lilia Durán mencionó que cuando vio la bandera mexicana en el Centro Internacional
de Exposiciones de Nanjing, sintió como que la garganta se le cerró y estuvo a
punto de llorar porque al fin pudo ver cristalizado un sueño de tiempo y
sacrificio.
“Tenía ganas de llorar por lo contenta que estoy, nunca pensé que pudiera
llegar tan lejos en unos Juegos Olímpicos, esto tiene un significado muy
especial, porque ha valido la pena todo el sacrificio, esfuerzo y amor que le
pongo a mi deporte”, finalizó.