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por
Ags Sports
Miércoles 8 de junio 2016
Iván Hernández
Todo papá, ha deseado lo mejor para sus hijos, que sean
excelentes en todo lo que realizan en su vida y que sean superiores a lo que
nosotros fuimos y esto no escapa en el ámbito del deporte, donde queremos que
sobresalgan y logren a los más altos niveles competitivos en cualquier
disciplina que practiquen.
excelentes en todo lo que realizan en su vida y que sean superiores a lo que
nosotros fuimos y esto no escapa en el ámbito del deporte, donde queremos que
sobresalgan y logren a los más altos niveles competitivos en cualquier
disciplina que practiquen.
Sin embargo, este sueño, en mucho de los casos, es el
reflejo de lo que nosotros como papás, quisimos ser en nuestro tiempo y no lo
conseguimos y hacemos en nuestros pequeños todo lo que este en nuestro alcance
para que puedan lograrlo.
reflejo de lo que nosotros como papás, quisimos ser en nuestro tiempo y no lo
conseguimos y hacemos en nuestros pequeños todo lo que este en nuestro alcance
para que puedan lograrlo.
Pero nos hemos preguntado alguna vez ¿Qué es lo que quieren
nuestros hijos realmente?, esto me lo cuestione hace poco, cuando saliendo de
mi clase de natación, me encontré en los vestidores con una plática entre papa
e hijo.
nuestros hijos realmente?, esto me lo cuestione hace poco, cuando saliendo de
mi clase de natación, me encontré en los vestidores con una plática entre papa
e hijo.
Me sorprendió escuchar como el señor con preocupación le
decía a su pequeño de escasos 6 años, la forma en que tenía que realizar los
ejercicios de natación y con tono de exigencia le decía que los hacía mal, ya
que no podía mover los brazos muy rápidamente al igual que sus piernas y le
pedía que tuviera que mejorar.
decía a su pequeño de escasos 6 años, la forma en que tenía que realizar los
ejercicios de natación y con tono de exigencia le decía que los hacía mal, ya
que no podía mover los brazos muy rápidamente al igual que sus piernas y le
pedía que tuviera que mejorar.
Mientras el padre hablaba, pude observar en la cara del niño,
sorpresa y angustia, especialmente porque él como todo hijo a su edad, busca
escuchar y entender a la figura paterna, pero conforme avanzaba el dialogó
comencé a ver como pasaba a un estado de hastió, al ver como todo lo que le
decían seguía cayendo en algo que comúnmente los hijos pensamos de nuestros
padres “haga lo que haga, no será suficiente” y al final solamente con la
cabeza baja acento lo que le trataba de decir que mejorará.
sorpresa y angustia, especialmente porque él como todo hijo a su edad, busca
escuchar y entender a la figura paterna, pero conforme avanzaba el dialogó
comencé a ver como pasaba a un estado de hastió, al ver como todo lo que le
decían seguía cayendo en algo que comúnmente los hijos pensamos de nuestros
padres “haga lo que haga, no será suficiente” y al final solamente con la
cabeza baja acento lo que le trataba de decir que mejorará.
Como padre cometemos el error de tratar de corregir a
nuestros hijos en sus labores deportivas, queremos perfeccionar su labor, pero
no nos damos cuentas que a su corta edad no pueden hacer ejercicios de
profesionales.
nuestros hijos en sus labores deportivas, queremos perfeccionar su labor, pero
no nos damos cuentas que a su corta edad no pueden hacer ejercicios de
profesionales.
Son muchos los atletas que comenzaron desde los 5 años, los
ponemos como ejemplo, pero la mayoría de ellos al llegar a la edad de 18 o 20
años, deciden dejar la práctica deportiva más con recelo o cansancio por ser
algo que durante más de una década estuvieron realizando.
ponemos como ejemplo, pero la mayoría de ellos al llegar a la edad de 18 o 20
años, deciden dejar la práctica deportiva más con recelo o cansancio por ser
algo que durante más de una década estuvieron realizando.
Es momento que los papás nos demos cuenta que el deporte a
temprana edad, no es más que una diversión para nuestros hijos, no una
competencia, dejar de convertirnos en entrenadores, árbitros o especialistas,
que quieren ver reflejados sus sueños de lo que no pudieron hacer cuando eran
pequeños.
temprana edad, no es más que una diversión para nuestros hijos, no una
competencia, dejar de convertirnos en entrenadores, árbitros o especialistas,
que quieren ver reflejados sus sueños de lo que no pudieron hacer cuando eran
pequeños.
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